- Un millar de niños y niñas son diagnosticados con cáncer cada año en España, una enfermedad que sigue siendo un desafío para la ciencia y las familias.
- La ciudad se suma a la conmemoración del Día Internacional Contra el Cáncer Infantil con una iniciativa de concienciación visible en sus calles.
Las luces amarillas han tomado los edificios más emblemáticos de la ciudad en una iniciativa que busca visibilizar la lucha contra el cáncer infantil y enviar un mensaje de apoyo a las familias afectadas. Con motivo del ‘Día Internacional Contra el Cáncer Infantil’, la ciudad ha querido sumarse a este gesto simbólico que se replica en numerosos puntos del país.
Cada año, alrededor de un millar de menores son diagnosticados con cáncer en España, según datos oficiales. A pesar de los avances en la investigación médica, esta enfermedad sigue siendo un desafío tanto para la comunidad científica como para las familias afectadas, quienes enfrentan largos tratamientos y procesos de recuperación. Por ello, desde las administraciones públicas y diversas asociaciones se insiste en la importancia de seguir impulsando la investigación y mejorar la calidad de vida de los menores afectados.
La iniciativa de iluminar los edificios responde a una campaña de concienciación global que busca sensibilizar sobre la necesidad de apoyo a la investigación oncológica pediátrica. A través de esta acción simbólica, las instituciones locales muestran su compromiso con las familias que atraviesan esta difícil situación y ponen en valor la importancia de la colaboración institucional y ciudadana.
En este contexto, varias entidades locales y asociaciones que trabajan con niños enfermos de cáncer han destacado la necesidad de aumentar los recursos destinados a la investigación, así como de mejorar la atención y el acompañamiento a los menores y sus familias. La detección temprana y el acceso a tratamientos innovadores son clave para mejorar la tasa de supervivencia y la calidad de vida de los pacientes.
El Día Internacional Contra el Cáncer Infantil, que se conmemora cada 15 de febrero, busca sensibilizar a la sociedad sobre esta enfermedad, promover el diagnóstico precoz y fomentar el apoyo a la investigación y la asistencia médica. Acciones como la iluminación de los edificios en color amarillo contribuyen a mantener viva la conciencia social sobre la importancia de seguir avanzando en la lucha contra el cáncer infantil.