- La jornada del 9 de octubre reúne la procesión cívica con la partida bautismal, la lectura pública del Quijote y otros actos.
- El día grande enmarca la Semana Cervantina y el Mercado de época, con un dispositivo cultural y de movilidad reforzado en el casco histórico.
La efeméride del 9 de octubre es, desde hace décadas, una de las citas más reconocibles del calendario cultural complutense. Ese día Alcalá de Henares mira a su propia historia y a la de su vecino más universal, Miguel de Cervantes, cuya huella articula una semana de actos que desbordan lo estrictamente conmemorativo. El centro se convierte en escenario de actividades, y la ciudad vuelve a interpelarse sobre cómo cuidar y proyectar su patrimonio literario.
La razón de la fecha es documentada: el bautismo de Miguel de Cervantes tuvo lugar el 9 de octubre de 1547 en la antigua parroquia de Santa María la Mayor, hoy desaparecida. El documento que lo acredita —la partida bautismal— se conserva en la ciudad y se traslada cada año en una procesión cívica que parte de la puerta del Ayuntamiento hacia la Capilla del Oidor, donde queda expuesto al público durante la mañana. La comitiva institucional recorre un trayecto breve por el casco histórico con acompañamiento ceremonial.
La jornada incorpora desde el mediodía la lectura pública de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en el Corral de Comedias, un gesto simbólico que invita a vecinos y visitantes a compartir voz y texto en el mismo corazón del Siglo de Oro. A lo largo del día se suman otros hitos del programa, como la entrega de los Premios Ciudad de Alcalá y la inauguración de exposiciones vinculadas a la memoria cervantina y a la creación contemporánea.
Estos actos se integran en la Semana Cervantina, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, que extiende durante varios días una agenda de pasacalles, demostraciones y propuestas familiares repartidas por plazas y calles. En paralelo, el Mercado de época transforma el centro histórico con centenares de puestos y exhibiciones, generando un notable flujo de visitantes y un impacto económico y logístico que exige medidas específicas de movilidad y seguridad.
Más allá del festejo, la conmemoración vuelve sobre un matiz histórico: se desconoce el día exacto del nacimiento de Cervantes —la tradición sitúa la fecha el 29 de septiembre, San Miguel—, pero el bautismo del 9 de octubre está certificado. La ciudad ha hecho de ese dato un eje de identidad cultural y turística, con una programación que combina divulgación, disfrute del espacio público y proyección exterior.
La jornada finalizará con la devolución de la partida bautismal a su depósito habitual y el cierre de las actividades programadas para el día. La Semana Cervantina continuará en los próximos días con lecturas, visitas guiadas y propuestas familiares repartidas por el casco histórico. Durante este periodo se mantienen refuerzos de movilidad y seguridad en el entorno para facilitar el tránsito de vecinos y visitantes.