- El objetivo es adaptar la red de centros sociales a las nuevas realidades demográficas y sociales.
- El futuro Mapa de Servicios Sociales marcará las zonas de atención y mejorará la equidad territorial.
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha dado esta semana el primer paso para redefinir el sistema público de Servicios Sociales con la tramitación de un nuevo Decreto. Esta medida, que busca modernizar y equilibrar la atención social en la región, pretende dar respuesta a los retos actuales derivados de los cambios demográficos, sociales y tecnológicos.
El documento, aún en fase inicial, autoriza la solicitud del informe preceptivo a la Comisión Jurídica Asesora. A partir de ahí, se abre el proceso normativo que permitirá diseñar un nuevo modelo territorial más ajustado a la realidad social actual. El Gobierno regional pretende garantizar que cualquier madrileño o madrileña tenga acceso a los recursos sociales en condiciones de igualdad, independientemente de su lugar de residencia.
Uno de los puntos clave del nuevo Decreto será la creación del Mapa de Servicios Sociales, una herramienta que delimitará la distribución de centros y prestaciones en toda la Comunidad. Este mapa tendrá en cuenta las necesidades específicas de cada zona, permitiendo identificar carencias, reforzar la atención y evitar desigualdades en el reparto de recursos.
Desde la administración autonómica también se apuesta por una transformación digital del sistema, con el fin de agilizar trámites y mejorar la coordinación entre instituciones. Este enfoque permitiría a los usuarios tener un mayor control sobre su itinerario social y una atención más ágil y personalizada.
En la elaboración del texto están implicadas tanto las administraciones locales como las entidades que forman parte del sistema público de Servicios Sociales. La idea, según fuentes regionales, es construir un marco común que se adapte a las características de cada territorio sin imponer un modelo único desde arriba.
Aunque aún quedan por delante varias fases antes de su aprobación definitiva, la tramitación de este Decreto marca el inicio de una reorganización profunda del sistema asistencial madrileño, con el foco puesto en la equidad, la eficiencia y la adaptación a los nuevos desafíos sociales.