- Operativo en calles y plazas del Distrito II con barrido manual y mecánico, baldeo a presión, desbroce de alcorques y limpieza de imbornales.
- Vecinos critican que, pese al despliegue con operarios y maquinaria, estas limpiezas puntuales no sustituyen un mantenimiento regular.
El Ayuntamiento de Alcalá de Henares ha activado estos días un refuerzo de limpiezas intensivas en el Distrito II, dentro de la estrategia de “choque” que recorre los barrios desde finales de verano. La intervención busca mejorar la calidad del espacio público con acciones concentradas en un corto periodo de tiempo, más allá de la limpieza ordinaria. En las últimas semanas actuaciones similares han pasado por el Distrito IV, el Distrito V y zonas como El Olivar y Las Sedas.
El dispositivo en el Distrito II incluye barrido manual y mecánico, baldeo mixto con agua a presión, desbroce de alcorques y eliminación de hierbas en aceras y calzadas. También se contempla la limpieza de imbornales para mejorar el drenaje y la retirada de residuos voluminosos, un servicio que complementa la recogida habitual y evita focos de suciedad en portales y zonas estanciales. Estas tareas, ejecutadas de forma coordinada, pretenden actuar sobre manchas incrustadas, acumulaciones de hojas y restos en rejillas, así como sobre hierbas que reducen la accesibilidad.
La metodología aplicada replica la empleada en fases previas: división del territorio en sectores para concentrar medios y ganar eficacia en calles, plazas y áreas peatonales. El despliegue tipo, tal y como el Consistorio ha venido utilizando en otros barrios, ronda los 15 operarios apoyados por baldeadoras, hidrolimpiadoras y vehículos de refuerzo. Esta combinación permite abordar simultáneamente el barrido, el baldeo y la intervención puntual en manchas o puntos con mayor tránsito.
Este refuerzo forma parte del plan municipal de 40 jornadas iniciado el 20 de agosto, dotado con 200.000 euros con cargo al contrato de limpieza viaria. El Ayuntamiento informó de previsiones de 1.722 horas de trabajo para intervenciones de este tipo, además de una planificación global que supera las 4.200 horas a lo largo de la campaña.
El interés por reforzar la limpieza en barrios densos y con alto tránsito responde a quejas vecinales recurrentes sobre suciedad acumulada y falta de mantenimiento cotidiano. En julio, por ejemplo, residentes de El Olivar remitieron una carta al Ayuntamiento denunciando la “dejadez continuada” en el barrio. También en redes sociales se han recogido testimonios de vecinos que critican que estos dispositivos se concentran en unas pocas zonas y no llegan a todos los barrios por igual.
“Se creen que porque lo hagan una vez, ya vale para siempre”, comentaba una vecina en referencia a estas campañas. Otros cuestionan la puesta en escena institucional: “Para el vídeo lo hacen muy bien, luego ya ponen menos ganas y se saltan algunas zonas”, señalaba otro residente.
En paralelo, el Consistorio insiste en la colaboración ciudadana para facilitar los operativos: retirada temporal de vehículos en calles señalizadas, deposición correcta de residuos y uso del servicio gratuito de recogida de muebles y enseres —teléfono 900 10 23 96— para evitar vertidos incontrolados. La eficacia de estas campañas también depende de este componente cívico, especialmente en zonas con alta rotación de comercios y establecimientos de hostelería.
El contraste entre el despliegue de medios y las críticas ciudadanas pone de relieve una tensión de fondo: mientras el Ayuntamiento subraya el esfuerzo económico y humano invertido, parte de la ciudadanía reclama un servicio ordinario más constante que haga innecesarias estas “limpiezas de choque”. La experiencia de otros barrios muestra que, sin una regularidad clara, los efectos positivos se diluyen pocas semanas después de cada operativo.
La intervención en el Distrito II servirá como nueva prueba de estrés del plan municipal. El resultado dependerá no solo del despliegue puntual, sino de si se logra consolidar un modelo estable de limpieza. Para los vecinos, el verdadero termómetro será comprobar si la mejoría se mantiene en el tiempo o si, como temen, la suciedad vuelve a acumularse tras el paso de la brigada.