• El Ministerio de Sanidad confirma 3.832 muertes atribuibles al calor entre mayo y septiembre, frente a 2.042 en 2024.
• Los episodios de alto riesgo térmico crecieron un 73%, con 870 alertas de nivel 3 activadas durante el verano.
La última campaña estival ha dejado cifras preocupantes sobre los efectos del calor extremo en la salud. Según el informe final publicado por el Ministerio de Sanidad, los meses comprendidos entre mayo y septiembre de 2025 registraron un fuerte repunte en la mortalidad atribuida a las altas temperaturas. El documento refleja que el exceso de calor se ha convertido en un factor de riesgo cada vez más determinante en la salud pública.
Entre el 16 de mayo y el 30 de septiembre se estimaron 3.832 fallecimientos relacionados con el calor, lo que supone un incremento del 87,6% respecto al mismo periodo de 2024, cuando se contabilizaron 2.042. Estas cifras provienen del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), que no se basa en diagnósticos clínicos individuales, sino en modelos estadísticos que estiman el exceso de mortalidad asociado a temperaturas extremas.
El perfil de las víctimas evidencia la especial vulnerabilidad de la población mayor: el 96% de los fallecimientos correspondieron a personas de más de 65 años, y más de la mitad superaban los 85. Por sexos, fallecieron 2.276 mujeres (59,4%) y 1.556 hombres (40,6%). La mayor parte de las muertes se concentraron en agosto, con 2.184, seguido de julio (1.060), junio (407), septiembre (173) y la segunda quincena de mayo (8).
El verano también estuvo marcado por un aumento significativo en los episodios de calor extremo. En total, se activaron 870 alertas de nivel 3, consideradas de alto riesgo, lo que representa un 73% más que en 2024, cuando fueron 501. En conjunto, el 20,6% de los días del verano tuvieron alguna zona del país en situación de riesgo térmico.
El informe confirma además 25 muertes directamente atribuidas a golpes de calor. En la mayoría de los casos, las víctimas presentaban factores de riesgo previos, como enfermedades crónicas o tratamientos médicos sensibles a la temperatura, y se encontraban en situaciones de exposición laboral, recreativa o socialmente vulnerables, como viviendas sin climatización o personas que vivían solas.
El impacto no se limita a la población de edad avanzada. También se registraron casos en personas más jóvenes, especialmente trabajadores al aire libre y ciudadanos que realizaban actividades de ocio prolongadas en condiciones extremas.
El Ministerio de Sanidad recuerda que estas cifras se enmarcan en el Plan Nacional de actuaciones preventivas frente al exceso de temperaturas, vigente desde 2004. El aumento de los episodios de calor extremo y la mortalidad asociada refleja, según los expertos, la urgencia de reforzar las medidas de prevención y adaptación frente al cambio climático, que está intensificando la frecuencia e intensidad de las olas de calor.
El informe plantea un desafío para el futuro inmediato: cómo proteger a la población más vulnerable y cómo garantizar que los sistemas sanitarios y sociales estén preparados para responder a fenómenos cada vez más frecuentes. La previsión apunta a que, sin una adaptación adecuada, las cifras de mortalidad relacionadas con el calor podrían seguir aumentando en los próximos veranos.