- El PSOE acusa al Gobierno local de “castigar a las familias alcalaínas” al renunciar a fondos autonómicos y dar un paso atrás respecto a la legislatura pasada.
- El Gobierno municipal defiende que su modelo, “Patios que Concilian”, prioriza la escucha activa y la adaptación a la realidad local frente a una imposición política.
La gestión de los patios escolares más allá del horario lectivo se ha convertido en un nuevo escenario de confrontación política en Alcalá de Henares. El debate no es menor: afecta a la conciliación de cientos de familias y al uso de instalaciones públicas que podrían permanecer abiertas durante fines de semana y jornadas no lectivas. En este contexto, PSOE y el actual Gobierno municipal de PP y VOX defienden visiones radicalmente distintas sobre cómo debe organizarse y financiarse este servicio.
El origen de la disputa se remonta al programa «Patios Abiertos», concebido como una iniciativa para abrir colegios en horarios no lectivos y organizar actividades extraescolares. Durante la legislatura anterior, el PSOE lo puso en marcha en Alcalá con fondos municipales, mucho antes de que la Comunidad de Madrid activara una línea de subvenciones específicas. Aquella experiencia fue defendida por los socialistas como un paso necesario para garantizar espacios de conciliación, aunque también recibió críticas de parte de algunos equipos directivos por problemas de organización.
El pasado mes de julio, el Gobierno regional aprobó la Orden 2650/2025, publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, que ofrecía ayudas a los ayuntamientos para costear este tipo de programas en el curso 2025-2026. Estas subvenciones cubrían la apertura de centros, las actividades extraescolares y el uso de los patios en días no lectivos.
Sin embargo, el actual Ejecutivo local de PP y VOX decidió no presentar la solicitud para optar a esos fondos. Según el PSOE, esa decisión supondrá que las familias y el propio Ayuntamiento tengan que asumir el coste íntegro de un servicio que podría estar parcialmente sufragado con recursos autonómicos.
Los socialistas acusan al Gobierno municipal de actuar por motivos ideológicos, alineándose —dicen— con una estrategia regional de recortes en servicios públicos. En palabras del Grupo Socialista, renunciar a las ayudas es «castigar a las familias alcalaínas» y dar un paso atrás respecto a lo logrado en la legislatura pasada, cuando se sacó adelante un programa sin el respaldo económico de la Comunidad de Madrid.
La visión del Gobierno municipal es muy distinta. La concejala de Educación, Lola López, defiende que «Patios Abiertos» generó más quejas que beneficios y que era necesario replantearlo. Según su versión, la iniciativa socialista fue impuesta sin contar con equipos docentes ni AMPAS, lo que provocó críticas por parte de directores y familias.
En su lugar, PP y VOX impulsan «Patios que Concilian», un proyecto que aseguran haber diseñado tras consultar con la comunidad educativa y que, en colaboración con la Concejalía de Igualdad, pretende ofrecer actividades organizadas por monitores con mayor planificación.
El equipo de Gobierno pone como ejemplo el programa «Abierto para Jugar», gestionado en años anteriores, que, según afirman, sí funcionó con éxito. A su juicio, el nuevo modelo de patios debe seguir esa línea, priorizando la escucha activa y la adaptación a la realidad local frente a lo que describen como una imposición política. El discurso oficial insiste en que se trata de pasar de un formato improvisado a otro con estructura, objetivos claros y coordinación con las familias.
Este cruce de acusaciones refleja, en el fondo, un choque más amplio sobre el papel de los recursos regionales en la política municipal. Mientras el PSOE considera imprescindible aprovechar las subvenciones autonómicas disponibles, el Gobierno de PP y VOX sostiene que la autonomía local y el consenso con la comunidad escolar deben prevalecer, aunque eso implique renunciar a fondos externos.
Más allá del pulso partidista, lo cierto es que el debate impacta directamente en el día a día de padres y madres que necesitan opciones de conciliación en periodos no lectivos. En los próximos meses, será clave comprobar si «Patios que Concilian» logra convencer a las familias y resolver las críticas que acompañaron a la experiencia anterior, o si, por el contrario, la ausencia de ayudas autonómicas se traduce en un mayor esfuerzo económico para los hogares complutenses.