- Tres profesores de la Universidad de Alcalá han participado activamente en la elaboración de la II edición de la Nueva Gramática de la Lengua Española.
- La obra, presentada oficialmente en Madrid, supera las 3.000 páginas y recoge los avances del conocimiento gramatical en los últimos años.
El pasado 12 de junio, la Real Academia Española (RAE) presentó en Madrid la segunda edición de la Nueva Gramática de la Lengua Española. Puede que no suene a novedad: la obra ya se había dado a conocer el pasado noviembre en el XVII Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), celebrado en Quito (Ecuador). Pero esta vez la puesta en escena fue distinta, más abierta al público general. Lo que casi nadie contó, sin embargo, es que tres nombres ligados a la Universidad de Alcalá han estado en el corazón mismo de esta monumental actualización del idioma.
Norberto Moreno, profesor ayudante doctor del Departamento de Filología, Comunicación y Documentación de la UAH, ha sido una de las doce personas que han trabajado en la redacción, integración y coordinación de los materiales aportados por las distintas academias de la lengua. Junto a él, las profesoras Silvia Gumiel y Pilar Pérez Ocón han participado en la revisión y asesoramiento de los 48 capítulos que componen los tres tomos de esta nueva gramática.
«Yo empecé trabajando a tiempo completo en el equipo de la Nueva Gramática, y cuando pasé a profesor ayudante doctor en la UAH se firmó un convenio con la RAE para continuar», explica Moreno. Su vínculo con este proyecto no es nuevo: ya participó en la edición de 2009 y es discípulo académico de Ignacio Bosque, uno de los principales referentes gramaticales del país.
Esta edición llega con más cuerpo y contenido: tres volúmenes (uno más que en 2009) y más de 3.000 páginas. La mayoría del trabajo se centra en la sintaxis, aunque también hay espacio para la morfología, especialmente para reflejar los cambios que trae la sociedad digital. «Uno de los objetivos era ser más explícitos en la argumentación sintáctica y añadir bibliografía para convertirla en una herramienta útil también en el ámbito universitario», señala Moreno.
Pero no todo es teoría. En el apartado morfológico se han incluido ejemplos actuales: desde construcciones del español de América como «esta casa está linda», frecuentes en México, Colombia o Venezuela, hasta expresiones como «ello llueve», que algunos caribeños usan posiblemente influenciados por el inglés. El idioma, aunque no cambie tan rápido como el léxico, también se adapta a los tiempos.
Para Moreno, «la razón fundamental para esta nueva edición no es que haya cambiado la lengua, sino que ha cambiado lo que sabemos de la lengua». Y eso hace que esta gramática no sea simplemente una reedición, sino una herramienta más potente, precisa y ambiciosa.
Pese a su envergadura, hay una voluntad clara de acercarse al gran público. «Tiene una clara voluntad didáctica», subraya el profesor de la UAH, quien destaca que esta gramática también está pensada para profesores de instituto o personas que necesitan una obra de referencia sólida y fiable. Porque, si se cumplen los pronósticos, esta edición será la que marque el camino del estudio del español durante el próximo siglo.