- Un vecino del Ensanche expresa su preocupación por la presencia creciente de grupos ultras en el barrio, frente a los que asegura sentirse más inseguro que ante los residentes del centro.
- Señala que «lo que molesta parece ser que haya negros en el barrio» y critica la normalización de discursos de odio en protestas ajenas al tejido vecinal de Alcalá.
Un vecino de Alcalá de Henares, residente en las inmediaciones del Centro de Atención, Emergencia y Derivación (CAED), ha compartido con El Complutense su preocupación por el clima que se ha generado en el barrio tras la presencia creciente de grupos ultras. Por motivos de seguridad, ha preferido mantener el anonimato.
«He convivido con el CAED desde su apertura y nunca he tenido problemas con la gente del centro», comienza relatando. «Pero ver ahora a grupos con banderas franquistas gritando por la calle, eso sí que me inquieta».
«Salir al parque con mis hijos nunca me ha dado miedo por la presencia de personas migrantes. En cambio, con esta gente que viene a ‘defendernos’, como dicen ellos, sí que lo siento», afirma.
El vecino insiste en que comprende la preocupación de quienes se sintieron impactados por la agresión ocurrida a finales de junio en las inmediaciones del centro, pero rechaza que se utilice ese hecho para fomentar discursos de odio. «Sé que hay vecinos preocupados, y lo respeto. Pero de ahí a permitir que esto se convierta en una excusa para sembrar odio, hay un trecho».
«Lo preocupante no es que haya personas migrantes, sino que se esté normalizando que ciertos grupos vengan a Alcalá a imponer su discurso con gritos y amenazas», añade. «Yo quiero vivir tranquilo, sin provocaciones. Y los que están provocando últimamente no son precisamente los chicos del centro».
En su relato, el vecino describe un cambio en el ambiente de su barrio: «Nunca había visto saludos fascistas en mi calle. Ahora sí. Y eso me da miedo». También se cuestiona el trasfondo de las protestas: «A veces parece que lo que molesta no es el centro en sí, sino que haya negros en el barrio. Si el CAED estuviera en otras zonas de Alcalá donde la multiculturalidad es más habitual, seguro que no habría tanto revuelo».
Su testimonio refleja una parte del sentir vecinal que, aunque no siempre se manifiesta públicamente, se enfrenta a la tensión generada por la irrupción de grupos ideológicos que nada tienen que ver con la convivencia cotidiana en los barrios.
El pasado sábado, unas 170 personas, según datos de Delegación del Gobierno, participaron en una concentración frente al CAED. La protesta, no comunicada oficialmente, se saldó con una detención por desórdenes públicos. Durante el acto, se escucharon cánticos franquistas, consignas contra la inmigración y saludos fascistas. Entre los asistentes se encontraban miembros de organizaciones de extrema derecha como Núcleo Nacional y Democracia Nacional.
Se trata de la tercera protesta en la zona desde que, a finales de junio, una joven denunciara una agresión sexual en las inmediaciones del centro. Por esos hechos fue detenido un joven maliense residente del CAED, actualmente en prisión preventiva. Las movilizaciones posteriores han ido ganando notoriedad por la participación de grupos ideológicos ajenos al tejido vecinal de Alcalá.