- Las máquinas ya han entrado al solar anexo al centro escolar para levantar un espacio de ocio y deporte muy esperado por las familias del barrio.
- El proyecto llega tras años de reivindicaciones vecinales, aunque no ha estado exento de críticas por su impacto en las zonas verdes y la falta de alternativas para los perros.
El barrio de El Olivar ha comenzado esta semana a transformar uno de sus solares más simbólicos. El terreno junto al colegio San Gabriel, hasta ahora vacío, se convertirá en una nueva zona recreativa y deportiva. Las obras ya han empezado, después de que en los últimos días se observara movimiento de materiales y maquinaria en la parcela, confirmando así el anuncio de la Asociación de Vecinos del barrio.
El proyecto tiene un plazo previsto de ejecución de seis meses y responde a una demanda que llevaba años sobre la mesa: dotar a esta zona residencial de un espacio propio para el ocio y la actividad física de niños, niñas y jóvenes. Hasta ahora, muchas familias debían desplazarse a otras partes de la ciudad para encontrar instalaciones adecuadas. La asociación de vecinos lo ha calificado como un avance que llevaban «mucho tiempo esperando».
En un comunicado dirigido a los residentes, la Asociación de Vecinos ha querido compartir las claves del proyecto. «Nos habéis estado preguntando estos días qué se iba a hacer en el terreno que está junto al colegio San Gabriel, ya que hace días dejaron ahí material», comienza el mensaje, que ha circulado ampliamente entre los vecinos.
Según detalla la entidad, el terreno se destinará a una zona recreativa y deportiva cuyo diseño puede consultarse en una imagen facilitada por el propio colectivo. La asociación recuerda que se trata de una reivindicación histórica: «Nuestros hijos e hijas se tienen que desplazar a otros parques de la ciudad para poder disfrutar de un espacio en condiciones».
También han advertido que durante el desarrollo de las obras habrá un incremento del tráfico en los alrededores del colegio, aunque se ha informado de que el movimiento de maquinaria pesada se limitará fuera del horario escolar. «Es probable que pueda afectar a la circulación y el tráfico, aunque, por lo que nos trasladan, se limitará la entrada y salida de material pesado en las horas de entrada y salida del colegio», han señalado.
Sin embargo, no todo han sido aplausos. Los vecinos y vecinas han expresado su opinión en redes tras conocerse los primeros detalles del plan. Aunque se ha valorado positivamente la conservación del gran árbol presente en el solar, muchos vecinos han expresado su decepción por el tamaño y las condiciones del pipicán proyectado.
La mayoría coincide en que el proyecto no responde a las necesidades reales de un barrio con una alta presencia de mascotas, reclamando un área canina más amplia, como la que existe en Espartales.
Tampoco han faltado las voces críticas con la planificación urbanística del conjunto. Algunas personas han lamentado que se actúe sobre uno de los pocos espacios con vegetación de la zona, alertando del riesgo de que el barrio se convierta en un «secarral sin sombras ni césped», en palabras de una residente.
Por su parte, otros vecinos apuntan a la falta de prioridades, recordando que vías como la calle Honduras siguen presentando hundimientos y desperfectos graves sin resolver, a pesar de las reiteradas incidencias registradas por los vecinos.
Desde la Asociación de Vecinos han querido subrayar que esta actuación no debería ser un fin en sí mismo, sino el inicio de una serie de mejoras necesarias para el barrio. «Esperamos que en el futuro podamos celebrar proyectos como centros de salud o colegios. Porque El Olivar-Las Sedas sí existe», concluyen.