- El Paraninfo del Rectorado acoge un emotivo acto para reconocer la trayectoria de uno de los grandes referentes del Derecho Penal español.
- El libro presentado recoge el legado docente e institucional del jurista, considerado padre de la Ley General Penitenciaria.
El Paraninfo de la Universidad de Alcalá se convirtió el pasado jueves en escenario de un homenaje cargado de simbolismo. Carlos García Valdés, profesor emérito de Derecho Penal y figura clave en la modernización del sistema penitenciario español, recibió el reconocimiento de sus colegas, antiguos alumnos y autoridades académicas en un acto que combinó el repaso a su legado con una evidente carga emocional.
La cita, titulada Medio siglo de Derecho Penitenciario en la Universidad de Alcalá. La contribución de Carlos García Valdés, giró en torno a la presentación del libro Estudios de Derecho Penitenciario en homenaje al profesor Carlos García Valdés, coordinado por el catedrático Esteban Mestre Delgado. La obra, de carácter colectivo, reúbne trabajos de numerosos penalistas que han compartido a lo largo de los años aulas, proyectos y reflexiones con el homenajeado.
El acto contó con la presencia del rector de la Universidad, José Vicente Saz, la decana de la Facultad de Derecho, Isabel Garrido Gómez, y el jurista Enrique Gimbernat Ordeig, considerado uno de los referentes del Derecho Penal en España. Todos ellos quisieron poner en valor una trayectoria marcada por el compromiso con la enseñanza, el servicio público y la reforma legal.
García Valdés inició su vinculación con la Universidad de Alcalá en los primeros compases de la Transición y pronto destacó por su apuesta por un Derecho Penitenciario más humano. En 1979, con apenas 31 años, redactó la Ley General Penitenciaria desde la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, una norma que supuso un punto de inflexión en el modelo carcelario del país.
«Estábamos ante una situación muy grave tras los motines de 1977 que se habían producido en las cárceles y las amnistías. Fue un reto enorme, pero tuvimos la fortuna de acertar en la redacción. Hoy, 46 años después, sigue vigente», recordó el propio jurista durante su intervención.
La ley impulsada por García Valdés trajo consigo un enfoque garantista que transformó profundamente la vida en los centros penitenciarios. El reconocimiento de derechos fundamentales para las personas internas, la humanización de las condiciones de vida en prisión o la regulación de permisos y visitas familiares fueron algunas de las transformaciones que marcaron el nuevo rumbo.
Durante el homenaje, el profesor compartió recuerdos personales sobre su temprana vocación, marcada por la figura de su padre, médico en instituciones penitenciarias. «Yo le acompañé muchas veces cuando él iba a la prisión de Mujeres de Madrid o al Hospital Penitenciario de Madrid, y me quedaba esperándole porque él iba a ver a los presos», explicó.
También rememoró uno de los momentos más duros de su vida profesional: el atentado que sufrió a manos del grupo terrorista GRAPO en 1979. «En aquel momento, asumí el riesgo como parte del cargo. Lo importante era seguir adelante y trabajar por un sistema penitenciario más justo», afirmó con serenidad.
La huella del profesor se mantiene viva en las aulas de la Facultad de Derecho, donde imparte enseñanzas una generación de juristas marcada por su influencia. Figuras como Carmen Figueroa o el propio Esteban Mestre, hoy docentes en la institución, se formaron bajo su tutela. La conocida «escuela valdesiana» sigue presente en el panorama académico y judicial.
Como muestra de gratitud, la Facultad de Derecho da nombre a una de sus aulas en honor a García Valdés. Con una visible emoción, el homenajeado cerró el acto con palabras que sintetizan su vínculo con la ciudad y la universidad: «Para mí, la Universidad de Alcalá ha sido mi vida. Recibir este homenaje aquí es un honor que nunca olvidaré».