- Las obras ya han comenzado en el extremo sur y se extenderán durante un año a lo largo de toda la plaza.
- El proyecto recuperará elementos históricos, ampliará zonas de sombra y transformará el espacio en un entorno más accesible y cómodo.
Las obras de remodelación de la Plaza de Cervantes han comenzado esta semana con movimientos visibles junto a la Capilla del Oidor. El proyecto, que tendrá una duración aproximada de un año, supone una de las intervenciones más ambiciosas en este enclave histórico del centro de la ciudad.
La actuación plantea una renovación integral que no solo afecta a la estética del espacio, sino también a su funcionalidad y accesibilidad. La red de saneamiento y el suministro eléctrico serán completamente renovados, eliminando acometidas visibles y mejorando la eficiencia de los servicios. La nueva pavimentación respetará la identidad histórica del entorno, al tiempo que incorporará elementos para facilitar el paso a personas con movilidad reducida.
En paralelo, se está acometiendo una reorganización del mobiliario urbano y del arbolado. Se introducirán nuevos bancos y fuentes adaptadas, así como áreas ajardinadas que incrementen la sombra y el confort, especialmente en los meses de verano. En el extremo norte, se creará una nueva zona verde que completará la propuesta de reequilibrio entre los distintos usos del espacio.
La intervención busca también recuperar y visibilizar parte de la historia local. El antiguo refugio antiaéreo de la Guerra Civil será puesto en valor y se representará con vegetación el contorno de la antigua Iglesia de Santa María. Además, se incorporarán nuevos elementos simbólicos, como unas letras de acero con el nombre de la ciudad y la firma de Cervantes en bronce frente a su estatua.
Financiado con más de dos millones de euros procedentes de fondos europeos NextGeneration, el proyecto tiene como finalidad reforzar el papel de la plaza como punto de encuentro vecinal y escenario habitual de celebraciones y actos culturales. La intervención se plantea con la intención de mantener la actividad diaria del entorno, intentando reducir al mínimo las afecciones al comercio y al tránsito peatonal mientras duren los trabajos.
Aunque la remodelación nace de la necesidad de conservar y actualizar un espacio clave del casco histórico, también responde al objetivo de redefinir su uso como lugar de convivencia, paseo y descanso, sin renunciar a su condición de centro neurálgico de la ciudad.