- La protesta reunió a unas 500 personas, con simbología franquista, cánticos ultras y presencia de grupos radicales.
- La Policía cargó contra los manifestantes tras varios incidentes; hubo un detenido, un agente herido y 57 identificados.
Un fuerte dispositivo policial se desplegó en la tarde del viernes 4 de julio en las inmediaciones del Centro de Acogida de Emergencia y Derivación (CAED) de Alcalá de Henares ante la convocatoria de una concentración ciudadana no autorizada. Minutos antes de las 20:00 h, la hora prevista para el inicio del acto, varios grupos de vecinos comenzaron a reunirse junto a los jardines de Juan Pablo II, en las proximidades del centro, pese a que la Delegación del Gobierno había modificado la ubicación de la convocatoria a la Plaza de la Paloma.
La resolución de la Delegación se basó en los informes policiales que advertían de posibles riesgos, tras los altercados ocurridos el pasado miércoles durante una concentración similar no comunicada. En dicha ocasión se registraron enfrentamientos entre manifestantes y la Policía Nacional, con un saldo de cuatro personas detenidas y varias cargas policiales.
Durante la nueva concentración del viernes, que reunió a unas 500 personas según estimaciones de fuentes policiales, los asistentes portaban pancartas con lemas xenófobos y mensajes como «invasores no», en referencia a los migrantes acogidos en el centro. La movilización fue convocada tras la detención de un joven residente del CAED por una presunta agresión sexual ocurrida el 28 de junio. La Policía Nacional desplegó más de diez furgones de la Unidad de Intervención Policial, ante el riesgo de altercados.
En el transcurso de los disturbios se registró al menos una detención, un agente herido y 57 personas fueron identificadas por las autoridades. La presencia de grupos ultras como Núcleo Nacional, identificados por su indumentaria negra y proclamas extremistas, derivó en un clima hostil. Entre los asistentes se encontraba Isabel Peralta, activista conocida por sus posiciones de extrema derecha. Se corearon consignas como «Cara al Sol», se exhibió simbología franquista y se lanzaron proclamas contra el Gobierno, la Policía Nacional, el colectivo LGTBI y contra representantes políticos.
La intervención de la Unidad de Intervención Policial se produjo a las 22:10 h, tras un forcejeo entre un manifestante y un agente. Durante más de hora y media, los manifestantes y la línea de intervención de la Policía Nacional se mantuvieron frente a frente a escasa distancia, en un clima de tensión creciente. A medida que avanzaba la noche, varios individuos comenzaron a proferir gritos e insultos, mientras se producían empujones y se lanzaban objetos como botellas y piedras. La Policía respondió con una carga repentina, utilizando porras y material antidisturbios.
Los manifestantes fueron dispersados por las calles del Ensanche, con escenas de lanzamiento de objetos, derribo de contenedores y daños en el mobiliario urbano. Las persecuciones por parte de los antidisturbios se extendieron durante aproximadamente una hora por diferentes vías del barrio. Aunque no se ha informado de heridos graves, el despliegue policial y la presencia de grupos radicales generaron una situación de alta tensión. El operativo finalizó poco antes de la medianoche, cuando la mayor parte de los asistentes ya se había dispersado.
Entre los presentes se encontraban los tres concejales de Vox en Alcalá y miembros de este partido procedentes de otros municipios y de la Comunidad de Madrid. La concentración no contaba con autorización oficial y fue promovida principalmente a través de redes sociales por la organización juvenil de extrema derecha ‘Revuelta’.
La alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, ha criticado públicamente la decisión del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, de impedir la concentración frente al CAED. Según Piquet, «no es una cuestión de seguridad ciudadana, sino de interés político». La regidora ha denunciado que el centro fue implantado por el Gobierno central «de forma unilateral, sin contar con el Ayuntamiento» y ha acusado al delegado de «acorralar a los manifestantes en el centro de la ciudad, lejos del foco del problema».
Las declaraciones de la alcaldesa han sido duramente criticadas por miembros de la oposición. Concejales del PSOE y de Más Madrid han acusado a Judith Piquet de «blanquear» y «apoyar» una manifestación de carácter filonazi, reprochando su ausencia en la concentración pese a haberla defendido públicamente. Varios representantes socialistas han calificado la situación de «inaceptable», señalando la gravedad de los incidentes y el peligro que representa la presencia de grupos radicales.
La Delegación del Gobierno ha reiterado que su decisión responde a criterios de seguridad y que los mensajes emitidos por los convocantes contenían «odio y violencia». La situación se enmarca en un contexto de tensión creciente en la ciudad tras la detención de un joven residente en el CAED por una presunta agresión sexual ocurrida el 28 de junio.