- La imagen de Nuestro Señor con la Cruz a Cuestas pudo salir este año tras la suspensión de 2024 por la lluvia.
- El entorno de la Catedral Magistral se llenó de silencio, oración y devoción en una de las citas más esperadas de la Semana Santa complutense.
El silencio cayó con la noche sobre el casco histórico mientras los primeros pasos de Nuestro Señor con la Cruz a Cuestas resonaban sobre la piedra. Pasadas las diez, la Catedral Magistral abrió sus puertas para dar inicio a uno de los actos más sobrecogedores de la Semana Santa alcalaína: el Vía Crucis del Martes Santo.
El cielo, amenazante días atrás, respetó una jornada marcada por la fe y la tradición. La lluvia, que el año anterior obligó a suspender la salida, se contuvo este 2025 y permitió que la imagen titular de la Hermandad de la Agonía recorriera el entorno de la Magistral en un ambiente de profundo recogimiento.
Organizado por el Cabildo de la Catedral junto al Seminario Mayor Diocesano, el Vía Crucis comenzó dentro del templo con la estación de «Jesús es condenado a muerte» y continuó por las inmediaciones del centro histórico, acompañado por fieles, cofrades y vecinos que se sumaron al rezo y a la meditación.
Sin prisa, sin alardes, pero con una intensidad que se palpaba en el ambiente, la procesión avanzó entre sombras y faroles. Cada parada, una oportunidad para el silencio; cada mirada, una conexión entre la ciudad y su historia religiosa. No hubo grandes discursos ni proclamaciones, solo la fuerza del simbolismo y el eco de una tradición que se renueva año tras año.
El Martes Santo recobra así su lugar como uno de los pilares de la Semana de Pasión en la ciudad. Y lo hace de la mejor manera posible: con una calle viva, una comunidad volcada y una historia que sigue escribiéndose con pasos medidos y corazones encendidos.
Imágenes del Vía Crucis del Martes Santo










