- El Casco Histórico tendrá restricciones al tráfico solo en episodios puntuales de alta contaminación.
- Las obras financiadas con fondos europeos ya han reducido notablemente el tráfico en la zona.
Respirar un aire más limpio está más cerca para los vecinos y vecinas de Alcalá. A partir de 2025, entrará en vigor la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el Casco Histórico de la ciudad. Esta medida, aprobada de manera definitiva tras resolver las alegaciones presentadas, busca reducir la contaminación y mejorar la calidad de vida.
La concejal de Urbanismo, Cristina Alcañiz, lo explicó con claridad: “El objetivo es proteger la salud de los ciudadanos y mejorar la calidad del aire. Las restricciones solo se activarán en episodios de alta contaminación, algo que no se produce desde 2015. Las obras y medidas aplicadas en los últimos años ya han ayudado a reducir considerablemente el tráfico”.
La Zona de Bajas Emisiones se aplicará en el Casco Histórico, un espacio delimitado por las calles Ronda Pescadería, Azucena, Vía Complutense y Paseo de los Curas. Para controlar el acceso, se han instalado cámaras y paneles informativos en puntos estratégicos, como la Plaza Puerta de Aguadores, Puerta de Madrid o el Paseo de los Curas.
La vida diaria en el Casco Histórico no se verá afectada de manera permanente. Los residentes podrán seguir accediendo a garajes privados y aparcamientos públicos, así como a colegios y zonas de estacionamiento regulado. La prioridad peatonal, ya instaurada con la reforma de varias calles, seguirá siendo la norma.
Solo si los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) superan los 180 microgramos por metro cúbico durante dos horas consecutivas en al menos dos estaciones de medida, se aplicarán restricciones temporales. En este escenario, no podrán acceder los vehículos sin etiqueta ambiental y se limitará el uso de zona azul a los vehículos con etiqueta A.
La implantación de la ZBE ha sido posible gracias a las inversiones de los Fondos Europeos Next Generation. En una primera fase, se llevaron a cabo obras para transformar las calles en zonas de prioridad peatonal con plataforma única. La segunda fase, que está en marcha, está valorada en 6 millones de euros y continuará con la adecuación de nuevas vías.
Entre las actuaciones pendientes, destaca la reforma de la calle Cardenal Tenorio, con una inversión prevista de 360.000 euros. “Queremos completar el proyecto en su totalidad. Seguiremos solicitando fondos europeos para culminar la transformación del Casco Histórico”, aseguró Alcañiz.
La ZBE no solo mejorará la calidad del aire, sino que también fomentará un uso más racional del vehículo privado y un entorno más amable para peatones y residentes. Las medidas adoptadas hasta ahora han reducido de forma significativa el tráfico, situando a Alcalá de Henares en la senda de otras ciudades europeas comprometidas con la sostenibilidad y la salud pública.
La aplicación de esta medida será progresiva y contará con campañas informativas para que los vecinos y vecinas conozcan cómo les afectará. La implantación de la ZBE en 2025 supone, en definitiva, un compromiso firme con un futuro más limpio y saludable para Alcalá.