- El caudal del río ha vuelto a alcanzar niveles críticos, con registros que rozan los máximos históricos.
- La Policía Local ha intervenido en varios puntos de la ciudad para prevenir riesgos mayores.
El río Henares vuelve a estar en el centro de todas las miradas. Tras semanas de lluvias persistentes y un caudal que no da tregua, Alcalá vive nuevamente momentos de incertidumbre. Las autoridades locales han activado medidas preventivas tras registrarse nuevos desbordamientos que afectan a distintas zonas de la ciudad.
En la tarde del sábado, la Policía Local cerró el acceso al aparcamiento de tierra de la calle Río Tajuña, en la conocida isla de los García. El agua del río se había desbordado ligeramente, pero lo suficiente como para poner en riesgo tanto vehículos estacionados como la integridad de las personas que pudieran circular por la zona. Aunque el nivel de la inundación no era alarmante, la decisión de clausurar el espacio responde a un principio de precaución.
Pocas horas después, el Henares volvía a generar complicaciones. Esta vez, en la finca El Soto de Mónico. Allí, cerca de un centenar de personas que asistían a una boda fueron evacuadas por la Policía Local. La crecida alcanzó la carretera de acceso, y los agentes actuaron con rapidez para evitar que los asistentes quedaran atrapados. Una vez fuera de peligro, se cortó el paso al recinto desde el puente que conecta con el camino de los Afligidos, en las inmediaciones de la finca de la Canaleja.
Estos episodios no son casos aislados, sino consecuencia directa de una situación hidrológica especialmente delicada. La Confederación Hidrográfica del Tajo ha confirmado que los principales embalses de la cuenca del Henares se encuentran cerca de su capacidad máxima y continúan vertiendo grandes cantidades de agua al río. Solo el embalse de Beleña, por ejemplo, está liberando un volumen de agua sin precedentes. El de Alcorlo, el de Pálmaces y el de Atance, aunque más pequeños, también están contribuyendo al aumento del caudal.
Esa acumulación de agua ha tenido efectos inmediatos. En la estación de aforo de Espinillos se llegó a registrar este sábado un caudal de 332,61 metros cúbicos por segundo, una cifra solo superada por la registrada el pasado 12 de marzo, lo que convierte a este episodio en uno de los más graves de las últimas cinco décadas. A nivel de profundidad, se alcanzaron los 3,78 metros, un dato que, aunque relativo por la configuración del cauce en ese punto, evidencia la magnitud del fenómeno.
La evolución de los niveles en las últimas horas confirma esa tendencia preocupante. Tras una ligera bajada durante la semana —con un mínimo de 2,46 metros—, el río recuperó fuerza durante el sábado, alcanzando los 3,83 metros a las 14:00 horas. El último registro, tomado a las 9:00 del domingo, mostraba una leve estabilización en 3,78 metros. Sin embargo, los datos de lluvias previstas indican que el Henares podría volver a crecer.
El río, que atraviesa buena parte del término municipal, se ha convertido en las últimas semanas en un elemento de incertidumbre. Vecinos y vecinas permanecen atentos a su evolución, pendientes de si la climatología da una tregua o si, por el contrario, lo peor está por llegar.
Desde el Ayuntamiento y los servicios de emergencia se insiste en la importancia de extremar precauciones, especialmente en zonas próximas al cauce. Se recomienda evitar desplazamientos innecesarios por caminos y accesos susceptibles de inundación y seguir la información a través de los canales oficiales.
La ciudad permanece atenta. Aunque las cifras puedan parecer técnicas, detrás de ellas hay un riesgo real que ya ha empezado a afectar al día a día de los vecinos. Y lo más preocupante: aún no se ha alcanzado el final del episodio.