- Los rojillos empataron 1-1 en un Estadio del Val abarrotado que esperaba celebrar el ascenso.
- La victoria ante el Cala Pozuelo la próxima jornada podría sellar el regreso a Segunda RFEF.
El Estadio Municipal del Val vivió este domingo una de las tardes más esperadas por la afición rojilla. Con las gradas completamente llenas y un ambiente digno de las grandes ocasiones, el municipio se había volcado con su equipo en busca del ascenso matemático. Pero el empate frente al Rayo Vallecano B, segundo clasificado, dejó en pausa una celebración que ahora se aplaza, al menos, una semana más.
El encuentro tenía todos los ingredientes de una final. El primero contra el segundo, con un escenario inmejorable para que la RSD Alcalá certificase su ascenso como campeón de liga. La ecuación era sencilla: una victoria significaba el salto directo de categoría. Y aunque el sueño no se hizo realidad este domingo, sigue muy vivo.
El inicio fue el esperado: intensidad, ganas y una ocasión clara para Sousa a los ocho minutos que pudo cambiar el rumbo del partido. Sin embargo, el golpe lo dio el filial rayista, que aprovechó un penalti cometido en el área para que Etienne Eto’o adelantase a los visitantes desde los once metros.
El tanto descolocó momentáneamente al conjunto local, que perdió algo de orden y claridad en su juego durante el resto del primer tiempo, pese a los intentos de Izan y Álvaro Portero por igualar el marcador.
Tras el paso por vestuarios, el Alcalá salió decidido a darle la vuelta al resultado. Bajo la batuta de un inspirado Sergio Marcos, el equipo se hizo con el control absoluto del encuentro, empujando a un Rayo Vallecano B cada vez más replegado y centrado en defender su ventaja.
La presión tuvo recompensa a veinte minutos del final, cuando un balón dividido llegó a las botas de Portero. El disparo del delantero, seco y preciso, se coló en la portería rayista y desató la locura en las gradas del Val.
El empate no fue suficiente, pero tampoco supo a derrota. Los minutos finales estuvieron marcados por la entrega total de los rojillos, que se volcaron en ataque buscando el gol de la victoria. El marcador, sin embargo, ya no se movió. El punto sumado deja al Alcalá dependiendo de sí mismo: una victoria en el próximo partido en casa contra el Cala Pozuelo certificaría el ascenso directo a Segunda RFEF.
La ciudad tendrá una nueva oportunidad de vivir su ansiado ascenso. El Val volverá a vestirse de gala, y la afición, que este domingo demostró estar a la altura, tendrá una nueva cita para acompañar a su equipo en la conquista definitiva del objetivo.